Este proyecto nació en 2018 como una microempresa liderada por un grupo mujeres de la comuna –a Sandoval se suman Elba Gutiérrez y Lorena Sandoval- y gracias a la colaboración de Enel Generación han podido consolidarse como un referente de economía circular en la zona, ya que utiliza material de descarte provenientes de las industrias locales, incluyendo pallets de la central de Enel Chile Bocamina.
“Estar emprendiendo para nosotras es satisfactorio y enriquecedor para nuestras vidas. Vamos avanzando y capacitándonos para seguir emprendiendo nuestro proyecto”, reconoce Sandoval, quien destaca la importancia del trabajo colaborativo y con foco en los emprendimientos locales.
“Cuando las empresas apoyan, crecen más rápido y se hacen más conocidos los emprendimientos. La colaboración ha sido de gran ayuda para el crecimiento de nuestro proyecto.”
Legado familiar en la Caleta Lo Rojas
Paula Fuentealba Espinoza sigue con el oficio que inició su bisabuela. Ella es emprendedora de Coronel con un puesto de venta de pescados y mariscos en la popular Caleta Lo Rojas.
“Tengo experiencia en esto desde pequeña. Comencé con mi mamá, tenemos una sociedad y de pequeña que trabajo con ella. Toda la vida en la playa, toda mi familia es pescadora. Es un trabajo de esfuerzo, de levantarse a las tres de la mañana para ir a la vega, llamar a los proveedores para que nos entregan los productos”, explica Paula, quien postuló al Fondo Concursable para el Desarrollo de la Pesca Artesanal con una propuesta para fortalecer este oficio familiar y dar un valor agregado a sus productos.
“Para mí relacionarme con Enel fue una necesidad, porque necesitaba urgente muchas máquinas para congelar, y con la pandemia no estaban los recursos. Con el fondo pude conseguir eso”, cuenta Paula, quien además destaca la relevancia de los fondos concursables como herramienta para generar valor económico a nivel local. “Para la gente que emprende es importante, porque pueden hacer las cosas diferentes”.
Cochayuyo gourmet chileno
La comercialización de algas es una herencia familiar para Loreto Navarrete, copropietaria de Marina Alimentos. Esta microempresaria tuvo la idea de elaborar productos gourmet a partir del cochayuyo, generando una oferta saludable y sabrosa para niños, adultos y personas veganas.
“Trabajamos como familia, siempre con algas, y cuando nos dimos cuenta del potencial que eso tenía, quisimos darle un valor agregado al producto”, cuenta Loreto.
Esta emprendedora también fue beneficiada a través del Fondo para el Desarrollo de la Pesca Artesanal de Enel Generación, que le permitió dar un salto en su propuesta, no solo gracias a los recursos económicos aportados, sino también a otras instancias de trabajo colaborativo que permitieron extender el alcance de su negocio.
“Las empresas grandes son relevantes. Nosotros luchamos para conseguir una sala de procesos y con el apoyo de Enel Chile pudimos habilitarla, y eso es un paso, un avance tremendo. Uno al principio no tiene mucho capital, recurres a la familia para que te apoye y ahí vas jugando. En este caso, la relación con una empresa no fue solo con el fondo, también nos ayudó a hacernos conocidos, decir que trabajamos con ellos fue como tener un respaldo”, explica Navarrete.
Economía circular en la Ruta Pehuenche
“Me ha gustado mucho el giro que le he dado a mi vida, de ser hoy una emprendedora que trabaja con un material tan noble como la madera”, señala Rosita Marchan, fundadora de la Casa del Pallet.
Ubicada en plena Ruta Pehuenche -en el sector cordillerano de la región del Maule- este emprendimiento ofrece productos de calidad a partir de una propuesta de producción circular y sostenible. Esta iniciativa tiene, además, otro valor añadido: el traspaso de conocimiento y perfeccionamiento de sus participantes con el objetivo de abrir nuevas oportunidades laborales a nivel local.
“No sabía ni tomar un martillo y hoy manejo una serie de máquinas cortadoras y cepilladoras, que me permiten trabajar vigas y pallets para hacer muebles y utensilios para las viviendas. Esto de adquirir nuevos aprendizajes es algo que nunca pensé hacer antes en mi vida, así que es una experiencia enriquecedora”, comenta Marchan.
“Trabajar en equipo sin duda ha sido uno de los mayores desafíos. Muchos quieren ganar dinero a raudales en una primera etapa y esto es un proceso de perfeccionarse y armar una sincronía para llegar a vender lo que hacemos progresivamente”, explica.
“Sin el apoyo de las empresas de seguro estaríamos algunas de dueñas de casa o en otros oficios que teníamos antes. Los que abrazamos esto, lo hacemos aprovechando esta oportunidad histórica, nunca antes vista en el territorio, de capacitarse por meses y que te donen los equipos que son costosos. Ahora en el corto plazo tendremos una sala para trabajar y vender los productos junto a la ruta internacional. Estamos muy agradecidas con este impulso que nos está dando Enel Chile.”
Riego sostenible en Paso Nevado
“Me ha ayudado como mujer a poder desenvolverme más con los talleres que nos imparten. Yo creo que es una buena oportunidad para las mujeres rurales”, cuenta Leticia Rojas de la agrupación de Mujeres Viento de Ensueño de Paso Nevado en la región del Maule.
Ellas son beneficiarias del Programa Mujeres Rurales INDAP-PRODEMU, que entrega asesorías técnicas y capacitaciones a pequeñas productoras o campesinas. Además, han podido fortalecer sus actividades económicas gracias a la colaboración de Enel Generación.
“Los recursos que Enel aportó nos han servido mucho, sobre todo para el riego, porque antes lo hacíamos con una manguera y lo hacíamos planta por planta. Pero ahora nos queda tiempo, porque el riego se hace prácticamente solo”, comenta Leticia.
Esta alianza público-privada fue destacada también por Valeri Santander, directora regional de PRODEMU. “Este es el caso de las mujeres de la localidad de Paso Nevado, las que con esfuerzo han levantado sus invernaderos en la precordillera, dándonos un ejemplo de perseverancia y mostrándonos que el trabajo duro tiene sus recompensas”.
Etnoturismo en territorio indígena
En la comuna de Puyehue, región de Los Lagos, se encuentra el Parque La Isla – Salto La Olla. Este territorio fue cedido en comodato por Enel Green Power a la Comunidad Indígena Mapu Pilmaiquén, la cual administra el parque y desarrolla actividades artesanales y turísticas.
“La experiencia ha sido un gran desafío, primeramente, por insertar un proyecto de etnoturismo en una comunidad rural y poco conocida como es el sector de Pilmaiquén, el cual siempre pasó desapercibido por no poseer un proyecto de tal magnitud o similar a lo que es el turismo”, relata Bernardita Amolef, presidenta de la comunidad, que además recibió cursos de capacitación en el rubro del turismo.
“El principal desafío fue poder crear cada espacio como senderos, miradores, lugar ancestral y juegos infantiles, oficinas de atención al público y venta de artesanía, pensando siempre en mantener nuestra identidad cultural y tratando de no intervenir la biodiversidad de este lugar, y también teniendo presente la seguridad de cada visitante”, explica Bernardita.
El segundo desafío fue interiorizarse en el ámbito administrativo, ya que fue primera vez que estaban a cargo de un proyecto importante, y en el cual tuvieron que capacitarse para cumplir con las normativas que implica un parque turístico.
Esta iniciativa es un referente de trabajo colaborativo entre la empresa privada y los pueblos originarios, desarrollando un proyecto de valor económico, social y medioambiental.
“Siempre con sueños por cumplir, pero con los pies en la tierra. También nos ha ayudado a crecer como comunidad y crear conciencia de que debemos cuidar nuestra tierra y el medio ambiente.”