Para los trabajadores de la fábrica de BYD en Shenzhen, China, no es una novedad producir buses eléctricos. En esa ciudad circulan 16 mil máquinas como parte del sistema de transporte público. Sin embargo, los buses que están terminando de ensamblar por estos días son muy especiales para los habitantes de una ciudad ubicada a casi 19 mil kilómetros de distancia: en Santiago de Chile esperan con ansias la llegada a fines de noviembre de las 100 unidades que pasarán a ser parte del transporte público capitalino y que marcarán el inicio de un proceso modernizador del sistema.
Actualmente circulan dos buses eléctricos como parte del recorrido 516 operado por Metbus. En junio pasado, los usuarios calificaron este servicio con nota 6,3, destacando su modernidad y aporte al medioambiente. A diferencia de los buses diésel, estas máquinas casi no emiten ruido, son más estables y cuentan con comodidades como Wi Fi y cargadores inalámbricos para smartphones.
Esa es una realidad cotidiana en el trasporte público de Shenzhen, y el objetivo es transformarla en una realidad para Santiago. Los nuevos buses permitirán implementar el primer “electrocorredor” de Chile y América Latina dejando al Corredor Grecia como una zona exclusiva para transporte eléctrico, también circularán por comunas como Maipú, Pudahuel, Lo Prado, Estación Central, Santiago, Ñuñoa, Peñalolén y Providencia.
Para ello, Enel X ha colaborado en la implementación de dos “Electroterminales” que se alimentarán a través de energía fotovoltaica para cargar los buses. Toda una revolución que comienza a fines de 2018 gracias a la alianza público-privada entre Enel, BYD, Metbus y el Ministerio de Transportes.