Corría el año 1963, y la demanda de electricidad en Chile ya empezaba a incrementarse potencialmente, nuevas centrales de generación eran totalmente necesarias para un país que comenzaba a tener un gran desarrollo industrial y una expansión considerable en sus zonas urbanas. En la garganta del rio Rapel, a 40 km de su desembocadura en el mar, es donde una de estas nuevas centrales fue proyectada.
La Central Hidroeléctrica Rapel fue pensada en primera instancia en 1959, pero problemas de financiamiento no permitieron su construcción sino hasta el año 1963. Fue un desafío en todo sentido, se utilizó una cantidad de concreto que equivale a una carretera desde Arica a Santiago (740 mil metros cúbicos) y fierros suficientes para poder construir nuevamente la Torre Eiffel (27 mil toneladas). Además la reubicación de la gran cantidad de pequeños propietarios que ocupaban las 8.000 hectáreas en donde se instaló el lago artificial, presentó sus desafíos propios en la negociación.
Rapel fue proyectada para generar 350 MW, superando con creces la central Abanico que en la época lideraba la generación eléctrica del país con 135 MW. El desafío técnico para construir esta mega estructura eran sus múltiples aristas: la organización de las faenas en terreno, el transporte de los materiales, la preparación de los áridos, y todas ellas fueron abarcadas con el cambio radical de las tecnologías en la época. Con 5 unidades de 70.000 KW cada una, la potencia esperada se terminó por alcanzar.
Aparte de estos desafíos, la construcción de la represa tuvo que batallar contra la inclemente naturaleza. En 1961, el río creció sobrepasando las defensas levantadas para efectuar la construcción; aunque no dañó las obras, las dejó sepultadas bajo barro y arena, retrasando los trabajos considerablemente.
El año 1968 se dio por finalizada la obra, con la construcción de la línea de doble circuito de 220 KV que uniría la central con la subestación Cerro Navia de Santiago. Luego de una sequía que afectaba la zona central, se llenó el embalse comprobando el correcto funcionamiento de la planta. El 21 de junio de 1968 se inauguró la planta formalmente, y desde entonces forma parte de los activos más preciados de Enel Generación, entregando día a día energía para que Chile siga avanzando y creciendo.