Había esperanza en el equipo femenino de Ñuñoa de cara a su choque del pasado sábado ante Conchalí por octavos de final de la Copa Enel Santiago 2017, pero ésta se fue desmoronando a medida que transcurrían los minutos.
Sus ganas no bastaron para contrarrestar el poderío de sus rivales, quienes finalmente les propinaron una dolorosa derrota 12-0. El sueño del título se desvaneció definitivamente para Ñuñoa.
“Lamentablemente no pudimos, nos faltó más táctica, comprensión del juego, mirar. Este equipo no es tan colectivo como debería haber sido, faltábamos a los entrenamientos y eso nos perjudicó en una instancia como esta”, admitió Zaachá Marchant, uno de los valores más rescatables del equipo ñuñoíno.
Pero Zaachá se va con la frente en alto, pues dejó todo en la cancha, al punto de irse con el labio hinchado por un codazo “son cosas del fútbol, fue un accidente”, aseguró.
“Entrenamos duro, pero lamentablemente no pudimos. Hay que saber perder”, aseguró con hidalguía mientras valoró la experiencia vivida al señalar que “lo pasé bien, jugar a la pelota es lo que me gusta. Empecé hace tres años, me gusta mucho porque es mi vía escape, dejo todos los problemas fuera de la cancha. Fue una bonita experiencia”.