Habían pasado varios minutos desde que el representativo femenino de Santiago se despidió de la Copa Enel Santiago 2017, tras caer 5-0 ante sus pares de Lo Espejo, y la volante santiaguina Catalina Uribe seguía llorando a un costado de la cancha.
Nadie, ni sus compañeros, ni los entrenadores ni sus padres podían consolar a esta habilidosa jugadora. Tenía rabia, pena e impotencia. Pese a todos sus esfuerzos y ganas, no pudo meter a su equipo a los cuartos de final.
“Estoy muy triste todavía, teníamos fe en que saldríamos adelante, pero ellas jugaron bien y nos ganaron”, se lamentaba Catalina.
Pero más allá de la pena, la jugadora del equipo de Santiago sabe que el fútbol da revancha, y que con sólo 12 años, aún tienen un par de temporadas para volver al campeonato de baby fútbol más importante del país.
“Este otro año voy a volver con más ganas. Con mi equipo desde ya vamos a empezar a entrenar, vamos a trabajar con más ganas para este otro año ganar la copa”, asegura.
“Empecé a jugar con mis primos en el pasaje, luego en el colegio y ahora la copa, me queda mucho por aprender y mejorar”, complementa.
Pese a la desilusión de la eliminación en octavos de final, la volante santiaguina hace un positivo balance de su paso por la Copa Enel, pues asegura que “lo pasé bien, me hice de amigas, aprendí cosas nuevas. La Copa me gustó mucho y eso es lo importante”