“Vamos Thomas tu vas a ser la figura de equipo, contigo vamos a ser campeones”, le repitieron todos y cada uno de los jugadores de Ñuñoa a su arquero, Thomas Gillier, en la antesala de la definición a penales ante Lo Prado que dirimiría al campeón masculino de la Copa Enel 2017.
Una arenga que dio resultado, pues el golero contuvo varios de los lanzamientos de sus rivales, siendo pieza clave del título conseguido por los ñuñoínos, y que les permitió ganarse los pasajes a Italia.
“Estaba nervioso y ansioso por querer ganar en la definición, es una alegría enorme poderlo conseguir. Las palabras de mis compañeros me emocionaron y sirvieron mucho para poder atajar”, comentó el también golero de las inferiores de Universidad Católica.
Un triunfo que celebró con su compañero en la UC y en Ñuñoa el también arquero Martín Palma, con quien comparten la portería en ambos lados.
Es que más allá de que solo uno pueda jugar, lo cierto es que no existe rivalidad entre ambos, lo que quedó graficado en la definición, donde Palma apoyó y aleonó a Gillier en cada uno de los lanzamientos.
“Con él también somos compañeros en Católica y nos une una amistad y compañerismo buenísimo, cuando a él lo citan todo el apoyo de mi parte y viceversa”, explica Thomas.
Una amistad que también lo une con los gemelos David y Josué Rojas, quienes tras quedar eliminados el año pasado en los octavos de final del torneo de baby fútbol más importante del país, defendiendo los colores de Lo Espejo, este año con Ñuñoa tuvieron su redención.
“Yo afortunadamente ya he ido a Italia, pero encuentro increíble poder ganar este premio en un torneo que es realmente increíble. Estoy feliz también porque mis compañeros tuvieron su revancha, ellos son unos increíbles jugadores”, finalizó.