Cuando Branco Espínola erró el último lanzamiento penal para Lo Prado, entregándole así el título de la Copa Enel 2017 a Ñuñoa, el capitán de estos últimos, Benjamín Riveros, corrió como loco para abrazar a todos sus compañeros.
Y cómo no iba a estar contento, si tras meses de trabajo, angustia y duros entrenamientos, el sueño se les hizo realidad tras imponerse 5-4 en la definición desde el círculo pintado. Habían asegurado el primer título para su comuna y, de paso, los pasajes a Milán.
“En el camarín siempre dijimos que teníamos que darlo todo para poder ir a Italia, lo hicimos y pudimos ser campeones”, comentó el zaguero.
Un título que, no obstante, pareció escapárseles cuando en el epílogo del primer tiempo Lo Prado se puso en ventaja. El temor se apoderó de los ñuñoínos. “Estábamos nervios y tuvimos miedo”, admitió Benjamín.
Pero en el entretiempo el entrenador del equipo se dedicó a levantarles el ánimo, a concientizarlos que el sueño seguía ahí y que sólo faltaba el último empujón y ganas para conseguir el objetivo.
Es por eso que Ñuñoa salió con todo en el complemento, redobló esfuerzos en post de la paridad incluso más allá de lo que el físico aguantaba. Valentía y esfuerzo que valió la pena, pues Nicolás Riquelme decretó la paridad, forzando la definición a penales, instancia donde Ñuñoa fue más efectivo y bajó su primera estrella.
“Cuando empatamos la alegría fue total. En los penales estábamos nerviosos, pero confiábamos ciegamente en Thomas (N. de la R. Gillier, el arquero), ahora queda disfrutar de este título y del viaje a Italia”, comentó Riveros.
De hecho – relata el zaguero- fue tanto el esfuerzo desplegado que “terminé todo contracturado, pero lo di todo para lograr el objetivo, lo logramos y todo valió la pena. Ahora a disfrutar del viaje y de una experiencia que será maravillosa”.
Aunque los chicos de Ñuñoa deberán esperar hasta octubre próximo para viajar a Milán en compañía de sempiterno capitán de la Roja, Iván Zamorano, Benjamín y sus compañeros hace rato vienen imaginando ese día. "Todos en el equipo hemos estado soñando desde subirnos al avión hasta disfrutar en Italia”, admite.
Pero más allá del título o el viaje conseguido, Riveros destaca que la Copa Enel será el trampolín perfecto para hacer realidad su próxima meta, esa de triunfar en el fútbol profesional como lo han hecho varios valores que disputaron el torneo de baby fútbol más importante del país y que hoy brillan en Primera.
“De aquí voy a estar arriba igual que lo hicieron ellos Jaime Carreño, Jeisson Vargas y Carlos Lobos, yo los conozco porque también juego en Católica y ellos son de barrios y ya verá que voy a lograr ser como ellos”, finalizó.